jueves, abril 28, 2005

Héroes de Chernobyl

El 26 de Abril de 1986 estalló el reactor número 4 de la estación nuclear de Chernobyl. Ante la posibilidad un desastre nuclear sin precedentes las autoridades sovieticas trataron de contener la tragedia y enviaron a miles de hombres sin el equipo adecuado a un pozo radioactivo.

Sergei Vasilyevich Sobolev
Jefe del comité ejecutivo de la Asociación de Blindaje de Chernobyl

Hubo un momento en el que existió el riesgo de una explosión nuclear, y tuvieron que sacar el agua de debajo del reactor para que la mezcla de uranio y grafito no se humedeciera- mezclada con agua, habría formado masa crítica. La explosión hubiera sido de entre tres y cinco megatones. Esto significaría que no solo Kiev y Minsk, sino una gran parte de Europa estaría inhabitable. ¿Puede imaginarlo? Una catástrofe a escala europea.

Entonces, esta era la situación: ¿quién va a nadar hasta el fondo de la piscina del reactor y va a sacar el seguro de la válvula de seguridad? Les prometieron un automovil, un departamento, una casa de campo, pensión para sus familias hasta el fin del mundo. Buscaron a los voluntarios. ¡Y los encontraron! Los muchachos se sumergieron, muchas veces, y abrieron el seguro, a la unidad le pagaron 7,000 rublos. No les importaron los autos ni los departamentos que les prometieron- no lo hicieron por eso. Esta gente venía de una cultura específica, la cultura de los grandes logros. Ellos se sacrificaron.

¿Y qué decir de los soldados que trabajaron en el techo del reactor? Enviaron a morir a doscientas diez unidades militares al principio de la catástrofe, eso equivale a 340,000 soldados. Los que limpiaron el techo sufrieron lo peor. Tenían batas de plomo, pero la radiación venía desde abajo y ahí no tenían protección. Estaban usando botas ordinarias, hechas de imitación de piel. Pasaban en el techo un minuto y medio, dos minutos cada día, entonces los daban de baja, les daban un certificado y un premio- 100 rublos. Y entonces desaparecían en las vastas provincias de nuestra madre patria. En el techo ellos recogían combustible y grafito del reactor, esquirlas de conreto y metal.

Tomaba unos 20 o 30 segundos llenar una carretilla y otros 30 segundos para "tirar la basura" desde el techo. Estas carretillas especiales pesaban 40 kilos, vacías. Entonces se lo puede imaginar: una bata de plomo, máscaras, las carretillas y correr a toda prisa. En el museo de Kiev tienen un ladrillo de grafito del tamaño de un casco de soldado: dicen que los reales pesaban 16 kilos, así de denso y pesado es el grafito. Las máquinas controladas por radio que estaban usando muchas veces no obedecían o hacían lo contrario a lo que se les ordenaba porque sus circuitos electrónicos se dañaban por la radiación tan elevada. Los "robots" más confiables eran los soldados. Los bautizaron los "robots verdes" [por el color de sus uniformes]. Unos 3,600 soldados trabajaron en el techo del reactor descompuesto. Dormían en el suelo en tiendas de campaña. Eran jóvenes muchachos.

Esta gente ya no existe, sólo los documentos en nuestro museo, con sus nombres.

Voices From Chernobyl
Svetlana Alexievich
Dalkey Archive Press