Essay of Raymond Fontaine, PhD - January 2003
Cuando veo las fotos de mi papá, no volteo al cielo y le agradezco con la voz. No canto himnos alabandolo. No quemo incienso o enciendo veladoras ante sus fotos. Sólo me siento bien y en paz viendolo y observando las cosas que hizo. Mi amor por el siempre será íntimo, personal y privado.
Al contrario de mi papá, Dios está vivo, espero que se dé cuenta de my constante admiración y gratitud. Para conservar esos sentimientos, no necesito pinturas de Dios como en la Capilla Sixtina. No necesito libros sagrados como la Biblia que cuentan acciones divinas. No necesito sacerdotes en un púlpito alabando la obra divina. No necesito velas, incienso, órganos o coros y grandes congregaciones para inspirar mi adoración a Dios. Tengo inspiración en abundancia de la naturaleza donde quiera que estoy. Para mí, toda la naturaleza lleva una marca invisible que dice: "Diseñado por Dios".
