Atrocities in the Promised Land
By KATHLEEN CHRISTISON
former CIA analyst
Una nación que declara la superioridad de una étnia o religión sobre todas las demás eventualmente se volverá disfuncional psicológicamente. Obsesionada con su propia imágen, debe trabajar para mantener su superioridad racial a cualquier precio e inevitablemente interpretará cualquier resistencia a esta superioridad imaginaria como una amenaza existencial. Indudablemente, todas las demás personas se convierten en una amenaza existencial por el solo hecho de su existencia. Mientras trata de protegerse a sí mismo contra amenazas imaginarias, el estado racista se vuelve más paranoico, su sociedad más cerrada e insular, limitada intelectualmente. Los obstáculos lo enfurecen; las humillaciones lo enloquecen. El estado hace rabietas en un esfuerzo enloquecido, carente de cualquier sentido de proporción, para probarse a sí mismo su propia fuerza.
¿Israel? ¿Palestina? ¿Medio Oriente?...
¿México?