martes, abril 24, 2007

Algo empieza a oler feo...

Esta semana en Proceso:

De acuerdo con el informe “Radiografìa de las organizaciones de narcotraficantes”, elaborado por los órganos de inteligencia de la SSP, los cárteles entraron en una nueva dinámica: las alianzas entre grupos antagónicos ya no son permanentes, como hace algunos años: ahora se unen para una sola operación y los acuerdos pueden durar unas cuantas horas para luego regresar al campo de batalla a seguirse enfrentando por imponer su hegemonía en alguna parte del territorio nacional.

Las organizaciones delictivas se recomponen, establecen alianzas coyunturales, amplían sus giros. Más tardan las autoridades en detener a un capo que éste en ser remplazado por otro. Mientras las fuerzas del orden se desgastan, el negocio de las drogas sigue, intacto

¿De dónde vienen las armas que se utilizan en esta guerrita? ¿Las cosechan los indigenas de Chiapas? ¿Los de la APPO?... Para nada:
el 70% de las armas aseguradas en México son manufacturadas en Estados Unidos. El resto son procedentes de Europa y Asia”, afirmó un funcionario de la Procuraduría General de la República (PGR), quien advirtió al reportero que sólo podía publicar este comentario “tan delicado” si omitía su nombre.

Ni la ola de narcoviolencia que padece México ni la matanza de estudiantes en Virginia han quebrado la resistencia a transformar las leyes que regulan la venta de armas en el país vecino

En otra nota, acerca de derechos humanos:

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) es el organismo de su ramo que ha recibido mayores recursos públicos en el mundo, y su presidente, José Luis Soberanes, parece no tener límite de gastos, ya sea en las comidas que le prepara su chef particular, en viajes a lugares distantes como Nueva Zelanda, compra de autos y otras erogaciones que poco aportan al fin para el que fue creada la institución: la defensa y promoción de los derechos humanos

...
Así, con un presupuesto millonario, la CNDH no se involucra a fondo en los casos peliagudos para el gobierno mexicano. Ni en el caso de la indígena Ernestina Ascencio ni en los conflictos de Atenco y Oaxaca el organismo mostró su autonomía constitucional; que en cambio sí le sirve a su presidente, José Luis Soberanes, para promoverse políticamente y consentirse con manjares y viajes

Del teatrito del aborto ya veremos cómo salen las cosas. Por lo pronto:

Salvese el que pueda