martes, diciembre 09, 2008

¡Liberen a Salvador!

En la mitología se considera al nigromante como aquél practicante de magia negra que utiliza sus poderes para animar a los muertos. Al contrario del medium que puede usar su cuerpo como "vestido" para el espíritu de los muertos, el nigromante requiere de los huesos o la carne de los muertos para a partir de ahí animarlos otra vez. Una vez que un nigromante tiene una réplica de carne del difunto (recuerden que estamos hablando de magia negra) puede extraerle información por cualquier método que considere necesario. Por ejemplo, si el tal nigromante tiene contactos con la poli, podria darse una vuelta por Guanajuato o culaquier otro estado para conseguir ayuda en métodos de tortura y así conseguir que el muerto confiese lo que sea. Como el muerto ya no tiene voluntad (algo que ver con el don del libre albedrio) las vícimas revividas del nigromante son particularmente vulnerables a las torturas y a las amenazas. En las tradiciones de magia africana, el nigromante también puede hacer que los muertos queden bajo voluntad del encantador como zombies. Pero invariablemente, todas las historias de nigromantes empiezan con el robo del cadáver, el robo de los huesos o incluso el robo de las cenizas de la persona que tiene la información que es deseada por las fuerzas oscuras.

Recientemente en SLP se ha querido revivir el mito del navismo de manera bastante evidente. Sus herederos buscan reanimarlo como un zombie, pero se hacen de la vista gorda ante el hecho de que todos los mitos tienen consecuencias y una de las consecuencias del mito navista fué la victoria del PANico en las dos elecciones presidenciales más recientes. Pero el fracaso y los escándalos de los últimos presis se ha demostrado con amplia solvencia que la corrupción y las trampas no son monopolio del PRImate. Ahora las huestes del cambio buscan desmarcarse a toda costa de los PANaderos tratando de quitarse el estigma del Foxito y el soldadito.

Para esto algunos aventuran decir que el PANcrasio utilizó a Nava para sus intereses electorales. Eso es como decir que Nava utilizó la corrupción del PRImate para atraer votos para el PANcrasio. Así como la única vacuna contra un virus es la inoculación, la única solución a los problemas es afrontarlos. El navismo tuvo consecuencias y el ascenso del PAN es una de ellas. Hay que afrontarlo y entender dónde fué el error.

Salvador Nava como persona tuvo alianzas e intereses que persisten más allá de su muerte e impactaron en la conciencia potosina. Ayudó, tal vez sin proponerselo, a la construcción de un mito que sólo fué superficie. El mito del orden y la disciplina para activar el bienestar de la población mexikana. El mekanismo político usó su carisma para mentir acerca de un futuro donde la educación secular y el catequismo católico forjarían un país de hombres trabajadores y mujeres devotas, donde el esfuerzo tendría frutos. Ese mito nunca existió en la realidad y probablemente ni siquiera trabajaron para lograrlo.

No hay que revivir a Salvador Nava, sus errores y sus aciertos quedaron atrás porque él ya descansa en paz. En lugar de tratar de reanimarlo para utilizarlo como monigote, ¿porqué no exorcisan sus errores y encarnan sus ideales? Que los muertos descansen en paz y los vivos construyamos un mundo del cual puedan sentirse orgullosos.

No hay reproches contra Salvador, al contrario. Pero tal vez es tiempo de tomar medidas contra los nigromantes.