Un líder que abandona su responsabilidad con el equipo por hacer una rabieta
"para demostrar que se la juega" ("
hasta estoy un poco emocionado"). Un equipo que no tiene un rumbo ni mecanismos colectivos para meter un gol o por lo menos hacer jugadas (¿Diputados y senadores?). Una carencia absoluta de autocrítica en el equipo:
"jugamos bien pero el gol no cayó" (¿Carsterns?). Jugadores que quieren defender con los puños y fuera de la cancha lo que no supieron defender dentro de ella (¿Obrador? ¿Te convertiste en chapulín Ana Guevara?). Un desinterés sistémico para poner los intereses futbolísticos por encima de los intereses comerciales (¿MSX?, etc, etc, etc, etc...). En la cancha como fuera de ella ésta es la realidad. Seguimos esperando que
alguien llegue y ponga a jugar al tricolor como un equipo. Ponemos nuestra fé en El Gran Shamán, muñequitos de brujería y sobre todo en
nuestra tradición futbolística. Nada de esto funcionó y no funcionará nunca.
Quetzalcóatl nunca regresará. Tendremos que aprender a jugar desde cero porque esto ya no se llama equipo.
¿Dónde está MX? ¿A dónde quiere ir?
